MÚSICOS DE DIOS, ÚTILES PARA LA GUERRA

MÚSICOS DE DIOS, ÚTILES PARA LA GUERRA

Rubén Parra López
Tema:12

COMENCEMOS REFLEXIONANDO CADA UNA DE ESTAS LECTURA EN ORACIÓN Y EN SILENCIO. PIDE ESPÍRITU SANTO ANTES DE LEER LA PALABRA PARA QUE EL DE EL FRUTO QUE ÉL QUIERA EN CADA UNO DE NOSOTROS.

Números 1,1-3
Yahveh habló a Moisés en el desierto del Sinaí, en la Tienda del Encuentro, el día primero del mes segundo, el año segundo de la salida de Egipto. Les dijo: «Haced el censo de toda la comunidad de los israelitas, por clanes y por familias, contando los nombres de todos  los varones, uno por uno. Alistaréis, tú y Aarón, a todos los de veinte años para arriba, a todos los útiles para la guerra, por cuerpos de ejército.

Efesios 6:10-12
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

1 Tm 6,12
Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste aquella  solemne profesión delante de muchos testigos.

Éxodo 14:14
"Yahvé peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos."

Efesios 6:13-18
“Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo, manteneros firmes. ¡En pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y revestidos de la Justicia como coraza, calzados los pies con el Celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la Fe, para que podáis apagar con él todos los encendidos dardos del Maligno. Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios; siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos”

Lucas 10:19
"He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará."

INTRODUCCION:

Los músicos de Dios día a día, minuto a minuto, nos enfrentamos a una guerra espiritual permanente.
En estos tiempos en donde el Espíritu nos está hablando y guiando hacia vivir una vida santa, una vida en el amor y entrega a nuestros hermanos, en donde el soplo del Espíritu nos impulsa a retomar la oración personal diaria y a dejarnos guiar por Dios a través de su palabra, necesitamos estar listo para librar “el combate diario” al cual nos enfrentamos.

Al momento de leer la palabra de Dios, en el libro de Números capítulo 1, me impacto una palabra que se repite a lo largo de todo este capítulo y parte de los siguientes, esta palabra que me ha causado ruido en mi corazón es “útiles para la guerra”, esta frase me ha traído dando vueltas en mi cabeza y me he puesto a reflexionar si realmente estoy siendo “útil” para enfrentar este combate que te platico.

En este pasaje del libro de Números, Yahvé le da instrucciones muy claras y precisas a Moisés sobre quienes deberían de estar al frente en la batalla, es primordial ver en qué momento Yahvé le da estas instrucciones, es ahí en donde quisiera que reflexionaras conmigo este momento, dice en el versículo 1 que “Yahveh habló a Moisés en el desierto del Sinaí, en la Tienda del Encuentro”, que importante es para ti Músico de Dios tomar este estilo de vida como lo hizo Moisés, Moisés se encontraba día a día en la Tienda del Encuentro, fíjate que para Moisés era vital tener una relación íntima con Yahvé, le buscaba día a día, y se pasaba horas, días, hasta meses en su presencia, me hace pensar, que sucedería en ti y en mi si optáramos realmente por buscarle a Él día a día, momento a momento, a tal grado que cuando Moisés estaba en la presencia de Dios su rostro quedaba TRANSFIGURADO, es decir, que la relación de alabanza y adoración, la relación de amor que tenía Moisés era vista por los demás, fíjate dice en el libro de Éxodo que Moisés tenía que ponerse un velo después de salir de la Tienda del Encuentro debido a que su rostro resplandecía por la luz de Dios en su rostro, (Éxodo 34,33).

Las citas bíblicas anteriormente nos hablan de situaciones en la que nos enfrentamos los servidores del Dios altísimo, y en las cuales necesitamos estar conscientes de quien es nuestro enemigo más sobre todo quién es el que pelea por nosotros.

En el libro de Crónicas, el Señor nos recuerda de quien es esta batalla espiritual y cuál es la postura que tú y yo necesitamos tomar 2 Crónicas 20:15 “y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Yahvé os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”.

Creo que es de suma importancia en estos tiempos el estar listos para la batalla, preparados para pelear el buen combate de la fe, en nuestro querido México a lo largo y ancho de nuestro país, la evangelización a través de la música ha venido en aumento, nos hemos encontrado en distintos momentos en donde la Iglesia nos invita a ser impulsados por el Espíritu de Dios a proclamar las maravillas a través del canto y la música. Conciertos kerigmáticos o evangelizadores, de alabanza y adoración, avanzadas de evangelización por las calles, por las plazas, en estadios o teatros, seminarios de vida en el Espíritu o Cursos de iniciación, retiros, congresos, horas santas, Eucaristías, en fin, un sin número de formas en donde los Ministerios de Canto y Música necesitan más y más tener una formación adecuada para poder en estos tiempos pelear el buen combate de la fe.






Ser útiles para la guerra nos tiene que llevar a una primera postura ¡En Pie!

1.       Ser fuertes en el Señor, y en el poder de su fuerza
Efesios 6:10-12

Es con valentía proclamar la buena nueva de Dios a los hombres, es saber que nuestra fuerza reside en el poder de la fuerza de Dios, no en nuestras fuerzas humanas, aún a pesar de los talentos que Dios nos ha confiado, si no, en un saberse fortalecido con el poder de la fuerza de Dios en nuestras vidas.
Es enfrentar las tentaciones no solo con la razón, más bien, en el Señor, reconocer que cuando cantamos y tocamos no lo hacemos solos, sino movidos por el Espíritu Santo, en donde radica el verdadero poder y la fuerza de Dios. Saber que nuestro enemigo el diablo anda como león rugiente viendo a quien devorar, 1 Pedro 5:8, mira hermano, haciendo esta comparación, el león come carne, ¿cierto?, es decir, que el huele la carne de su presa para devorarla y someterla con sus fauces, lo mismo en el ámbito espiritual por así decirlo, el diablo huele nuestra “carne” es decir, si hemos alimentado más nuestras pasiones, nuestras vanas intenciones, en vez de alimentar nuestro espíritu con el Espíritu Santo, así que es mejor oler el buen olor a Cristo (2 Corintios 2,15) que oler a soberbia, vanagloria, placeres desenfrenados, idolatría, bajeza, falta de caridad y amor.

2.       Combate el buen combate de la fe, Conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste aquella  solemne profesión delante de muchos testigos.
1 Tm 6,12

El buen combate de la fe, es decir, que en todo momento nuestra fe este activa, en cada situación que se nos presente pongamos por delante la fe en Jesucristo, ya que nuestra fe necesita estar fundada en el poder de Dios, así lo dice la primera carta a los Corintios 2,5 “para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios”,
Fíjate que en ocasiones por el trajín de nuestro día perdemos de vista hacia dónde vamos. En efecto, la rutina, el trabajo, las obligaciones, el servicio, la comida, el sueño, todo ello integra nuestro día, que por lo común, será ordinario. Sin embargo, no lo es. Por eso es necesario que en cada momento de nuestra vida le imprimamos fuerza en Dios por la fe, ya que hemos sido llamados y elegidos por Dios para este precioso ministerio.
Pelemos pues el buen combate de la fe fundada no en sabiduría de hombres sino en el poder de Dios.

3.       "Yahvé peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos."
Éxodo 14:14

Darnos cuenta que a pesar de todo, El Señor está siempre en nuestro equipo, somos parte del ejército de Dios en el cual alistados en la fila de la batalla nuestro capitán es Cristo. Muchas veces en mi vida me he dado cuenta que peleo con mis fuerzas y que otras tantas antepongo mi discernimiento al de Dios, me he dado cuenta que cuando quiero “hacer las cosas” con mis fuerzas, aparte de que me desgasto notoriamente, no salen del todo bien, o mejor dicho, no salen las cosas como Dios las planeó, es por eso mi hermano que necesitamos tomar una postura definitiva en nuestras vidas y esta postura es devolverle el poder a Dios sobre toda nuestra vida, sobre todas nuestras preocupaciones, sobre todas nuestra situaciones que se nos presente en el diario vivir, devolverle el poder a Dios es abandonarse, confiar sin medida en Cristo, es decirle, sé que tú estás conmigo, yo haré lo necesario pero tu harás lo extraordinario, es doblegar nuestra vida para que el pelee por nosotros, recordemos que esta guerra no es nuestra sino de Dios (2 Crónicas 20:15 “… porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”.)

4.       Efesios 6,13-18
“Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo, manteneros firmes. ¡En pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y revestidos de la Justicia como coraza, calzados los pies con el Celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la Fe, para que podáis apagar con él todos los encendidos dardos del Maligno. Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios; siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos”

La armadura de un verdadero cristiano debe ser como la que nos describe San Pablo en Efesios, me llama la atención como empieza San Pablo describiendo como un mandato, dice San Pablo, Debemos tomar las armas de Dios firmes y ¡En Pie!, es un deber en todo aquel que sirve a Dios y sigue a Cristo estar firmes, listos, atentos, vigilantes, como centinelas, siempre firmes en el Señor.

San Pablo primero nos dice:

·        Estar firmes con el cinturón de la verdad,
Es un deber para nosotros músicos de Dios vivir en la verdad y no en la mentira, es como cuando a nosotros se nos olvida el cinturón, andamos nomas agarrándonos el pantalón para que no se nos caiga, así mismo necesitamos el cinturón de la verdad para estar sujetos a la verdad que es Cristo.  
Bien sabemos que el padre de la mentira es satanás, en el evangelio de Juan capítulo 8 verso 44 no dice Jesús  “Vosotros sois de vuestro padre el diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Este era homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él;  cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro,  porque es mentiroso y padre de la mentira.” No seamos mentirosos, no naveguemos con la bandera de la mentira sino con la bandera de la verdad.
La verdad caracteriza a un verdadero cristiano, en él no hay duda, ni nada que lo mueva porque la verdad habita en él, mira hermano, muchas veces nos justificamos con la mentira, pero para que así le demos alegría al Señor como dice el evangelista Juan en su tercera carta en el versículo 4 “No experimento alegría mayor que oír que mis hijos viven según la verdad.”
Vivamos firmes con el cinturón de la verdad.

·        Estar firmes revestidos de la justicia como coraza
Una coraza es la parte de una armadura rígida que se ubica en el torso, otra definición es  Protección o defensa ante un peligro u ofensa exterior. Una coraza puede estar confeccionada de materiales muy diferentes, entre ellos el hierro, bronce, cuero endurecido, madera de diferentes tipos e incluso mimbre. Mira, la coraza de justicia es la que nos recubre con la justicia divina por delante y por detrás hermano, hermana, es decir, que necesitamos también ejercer la justicia en nuestras vidas, me he dado cuenta que la justicia de Dios nos trae bendición, pero Jesús nos advirtió que seríamos causa de persecución y es por eso que necesitamos estar protegidos ante las acechanzas del diablo, si nosotros sufrimos persecución por ser justos, eso no es problema mis hermanos, la justicia de Dios está en cada uno de nosotros y es por eso que recibiremos cien veces más en la tierra, además de nuestra recompensa en el cielo (Mateo 5:10-12) Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron  a los profetas anteriores a vosotros. Hermanos bienaventurados seamos pues que por causa de Dios seamos perseguidos por ser justos aquí en la tierra. Armémonos con la coraza que nos protegerá de un mundo que cada día se vuelve más corrupto, más injusto, libertino y deshonesto.

·        Estar firmes calzados con el Celo por Evangelio de la paz
El celo para muchos es una palabra simplemente utilizado en el ámbito de una relación amorosa o en alguna situación de la vida del hombre pero hablar del Celo evangélico es como se describe una de las definiciones de la misma palabra y esta es: Cuidado, esmero, interés que alguien pone al hacer algo. Definitivamente necesitamos ir a la esencia de nuestra fe, y ¿Cuál es nuestra esencia? Sino la de habernos redimido con la promesa de Dios hacia su pueblo por el evangelio que hemos recibido en Cristo Jesús, según los estudios evangelio significa (del griego εὐ, «bien» y αγγέλιον, «mensaje») el “buen mensaje” la buena nueva de Dios a los hombres. Es un vivir y practicar la vida de Cristo con cuidado, esmero, interés. Vivir en el evangelio como bien nos lo dice el Papa emérito Benedicto XVI en su vistita al lejano oriente, no dice que “La paz, la paz auténtica, la paz de Cristo, es honradez, es sinceridad, es rectitud de intención, es conciencia limpia, es armonía, es concordia, es convivencia, es solidaridad, es fraternidad, es unidad y pluralidad ensambladas para el bien, es el respeto y la aceptación  del otro y de las diferencias. Es unión con Dios. La paz cristiana es justicia, es libertad, es tolerancia, es compartir, es diálogo, es escucha, es perdón, es reconciliación. La paz es vencer el mal con el bien. La paz es don y camino del amor. Y esta paz, claro, exige de la conversión del corazón. La paz de Cristo es la siembra y, a la vez, el fruto de la revolución del amor, la única revolución que transforma siempre para bien y para el bien y construye una humanidad mejor.”
Así necesitamos vivir en el Celo por el evangelio de la paz.

·        Estar firmes embrazando siempre con el escudo de la fe
Meter el brazo en el asa del escudo, adarga, etc., Abrazar, agarrar, ceñir. El escudo de la fe no es más que vivir una vida cristiana arriesgada, en Efesios capítulo 2 versículos del 8 la 10, San Pablo nos dice que “Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios  que practicáramos.” No con nuestras obras sino con el poder de Dios, es una gracia que el Señor nos da. Abrazar la fe es profesar nuestra fe día a día, en quien creemos y en quien vivimos. El escudo protege el corazón, ya que ahí es en donde toda intención puede tornarse o buena o mala, es así que en la lucha diaria necesitamos defendernos con el escudo de la fe, sabiendo de antemano que aunque no veamos lo que ha de venir, declaramos en victoria que Dios vencerá siempre. Romanos 1:16 nos dice “Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree: del judío primeramente y también del griego. Porque en él se revela la justicia de Dios, de fe en fe, como dice la Escritura: El justo vivirá por la fe.” 

·        Estar firmes tomando el yelmo de la salvación
El yelmo protege la cabeza y el rostro del guerrero. Porque cubrir la cabeza con el yelmo de la salvación ya que muchas veces nuestros razonamientos son contrarios a la verdad divina, día a día nos encontramos con contradicciones a la palabra de Dios, a una sociedad en donde el hedonismo, el panteísmo y otras tantas filosofías contrarias al cristianismo nos están bombardeando, el hecho de saber de quién somos y porque y para que vivimos, nos pone en contraposición a las banalidades de este mundo. Romanos 1:16 nos dice “Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree…”  es no avergonzarse ante el mundo de que testimoniemos a aquel que nos salvó de las tinieblas para darnos su reino de luz. (1 Pedro 2:9). Es protegernos también de no caer en los razonamientos del mundo, sino más bien renovándonos desde la mente como dice San Pablo en Romanos 12,2, “Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.”

·        Estar firmes con la espada del Espíritu
Investigando sobre lo que es una espada para el cristiano pude encontrar lo siguiente, se dice que el término griego para espada es makairan. En latín se le conocía como gladius. De ahí el término gladiador. Se empleaba para el combate de cuerpo a cuerpo. Era resistente y equilibrada. Es la única parte de la armadura bajo consideración con la cual el soldado agredía y se movía a la ofensiva. Para el soldado romano era símbolo de su honor y respeto. Era el objeto más valioso para él y la conservaba con sumo cuidado.
Que interesante saber que somos gladiadores pero del Espíritu, que necesitamos cuidar nuestra comunión con el Espíritu honrándole y respetando nuestro cuerpo que es templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6: 19-20).
San Pablo nos describe la espada quizá por estas razones. Pablo emplea la espada como una aplicación espiritual a “la Palabra de Dios”. El griego lee estin rhema Theou. Implica no sólo lo que Dios dice en su Palabra, sino lo que su Palabra nos dice. Señala la Palabra escrita como la Palabra revelada. La vida cristiana es influenciada por el poder de la Palabra. Sin la Palabra nuestra fe está vacía, hueca, agujereada... Pero cuando está la Palabra en el corazón y en la conciencia del hombre, esta se torna en vida, poder, transformación... hay cambios. Nuestra fe debe estar anclada sobre la Palabra.
Es un vivir en el Espíritu, cuidar nuestra vida ya que somos el santuario del Espíritu Santo. Imagínate y cuestionémonos ¿Cómo esta nuestra templo? ¿Cómo están nuestras bases con respecto a nuestra vida de santidad? ¿Cómo concebimos que verdaderamente Dios es real, que está aquí y nos ama? Si nuestro vivir en el espíritu es lo más valioso para nosotros ¿Cómo estamos conservándola con sumo cuidado?

·        Estar firmes orando en el Espíritu
1 Corintios 14:15 dice, “¿Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.” Judas 20 dice, “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo.”  
Pudiéramos decir que orar en el Espíritu es como estar en la esfera del mismo espíritu, en el radio del soplo del Espíritu de Dios, el Papa Benedicto XVI nos dijo en una homilía en agosto del 2008 que “Sólo si somos tocados continuamente en nuestro interior por el Espíritu Santo, sólo si él está presente en nosotros, podemos también nosotros transmitirlo a los demás. Entonces él nos da ideas creativas, sugiriéndonos cómo actuar. Nos da ideas que no se pueden programar, sino que surgen en la situación misma, porque allí está actuando el Espíritu Santo Nosotros mismos debemos permanecer en el radio del soplo del Espíritu Santo”. Es como estar conectados en línea con el Espíritu, hoy en día buscamos en algún lugar que estamos la leyenda que dice WIFI, para poder acceder a la internet, así mismo necesitamos buscar la Red del Espíritu y ¿cuál es la clave o la WEP KEY que los cibernéticos tanto buscan?, un corazón dispuesto y dócil a las mociones del Espíritu Santo es un vivir en el Espíritu buscando la orientación del Espíritu para nuestras vidas, termina diciendo Benedicto XVI “En pocas palabras, una vida con Cristo en el Espíritu Santo, en la palabra de Dios y en la comunión de la Iglesia, en su comunidad viva. San Agustín dijo: "Si quieres el Espíritu de Dios, debes estar en el Cuerpo de Cristo". El Cuerpo místico de Cristo es el ámbito de su Espíritu.” Es decir orar también en comunidad.

¿Qué es lo que estas piezas de la armadura espiritual representan para nosotros en la guerra espiritual? Debemos hablar la verdad contra las mentiras de Satanás. Debemos descansar en el hecho de que somos declarados justos por el sacrificio que Cristo hizo por nosotros. Debemos proclamar el Evangelio, sin importar cuánta resistencia recibamos. No debemos vacilar en nuestra fe, no importa cuán fuertemente seamos atacados. Nuestra defensa principal es la seguridad de que tenemos nuestra salvación, y el hecho de que las fuerzas espirituales no pueden quitárnosla. Nuestra arma ofensiva está en la Palabra de Dios, no en nuestras propias opiniones y sentimientos. Debemos seguir el ejemplo de Jesús en reconocer que algunas victorias espirituales sólo son posibles a través de la oración.

Oremos:
Dios Padre todopoderoso tu que nos haces justos en Jesucristo tu hijo amado, y por la gracia de tu amor infinito,
te rogamos que podamos vivir siempre atentos como centinelas,
 para estar listos para la guerra,
que tu encuentres en nosotros siervos “útiles para la guerra”
y así poder proclamar con todas nuestras fuerza y con todo nuestro corazón que Estas Vivo y que nos amas.
Amén







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